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China investiga las protestas del fin de semana contra las medidas de COVID

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China investiga las inusuales protestas antigubernamentales desatadas por la política ‘Covid cero’.

Las autoridades chinas iniciaron investigaciones sobre las personas que habrían participado en las protestas, que iniciaron por las estrictas medidas contra el Covid-19 y se extendieron a llamados a la renuncia del presidente Xi Jinping. Al menos cuatro personas han sido detenidas y cientos interrogadas. Entretanto, los contagios por el virus aumentan y el Gobierno anunció una nueva campaña de vacunación.

En uno de los casos, una persona que se identificó como agente de policía en la capital china pidió al manifestante que se presentara en una comisaría el martes para entregar un registro escrito de sus actividades del domingo por la noche. En otro, un estudiante fue contactado por su universidad y se le preguntó si había estado en la zona donde se produjeron los hechos y que entregara un relato escrito.

La Oficina de Seguridad Pública de Pekín no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. El descontento latente con las políticas de prevención del COVID, tras tres años de pandemia, derivó durante el fin de semana en protestas más amplias en ciudades situadas a miles de kilómetros de distancia.  La mayor oleada de desobediencia civil en China continental desde que Xi Jinping asumió el poder hace una década se produce cuando el número de casos de COVID alcanza máximos diarios y amplias zonas de varias ciudades se enfrentan a nuevos confinamientos.

En Hangzhou, capital de la provincia oriental de Zhejiang, vídeos difundidos en las redes sociales, que Reuters no ha podido verificar de forma independiente, mostraban a cientos de policías ocupando una gran plaza el lunes por la noche, e impidiendo que la gente se congregara. Un vídeo mostraba a la policía, rodeada por una pequeña multitud de personas con teléfonos móviles, arrestando a una persona mientras otros intentaban apartarla.

En Shanghái y Pekín, la policía patrullaba las zonas donde algunos grupos del servicio de mensajería Telegram habían sugerido que la gente se reuniera de nuevo. La presencia policial en la tarde y noche del lunes impidió que se produjeran concentraciones. “El gran número de policías, da mucho miedo”, dijo el residente de Pekín Philip Qin, de 22 años, que fue testigo de las protestas del domingo.

Miles de dificultades“.

Los manifestantes han descargado ocasionalmente su frustración con el Partido Comunista y con Xi, que ha concentrado el poder en sus manos durante la última década y acaba de conseguir otro mandato. El domingo, una gran multitud se reunió en la metrópolis suroccidental de Chengdu coreando: “No queremos gobernantes de por vida. No queremos emperadores” El domingo también se escucharon brevemente consignas contra Xi en Shanghái.

Xi había asumido la responsabilidad personal de dirigir la “guerra” contra el COVID. Las autoridades afirman que la estrategia de ‘cero COVID‘ ha mantenido el número de muertos en el país más poblado del mundo en miles de personas, evitando millones de muertes en otros lugares.  Muchos analistas afirman que una flexibilización de las medidas podría provocar casos de enfermedad y muertes generalizadas, lo que saturaría los hospitales. Se necesita un fuerte impulso en la vacunación de los ancianos antes de que China pueda siquiera contemplar la reapertura, argumentan.

En un editorial del martes en el que no se mencionaban las protestas, el People’s Daily, que es el periódico oficial del Partido Comunista, instaba a los ciudadanos a “aplicar inquebrantablemente” la estrategia de vacunas “cero COVID“, que pone “la vida de las personas en primer lugar”, y afirmaba que la victoria llegaría a través de la “perseverancia a través de miles de dificultades”. Beijing flexibilizó esa norma, e insiste en que no retrocederá en su rígido enfoque para controlar el coronavirus.

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