Medios que publicaron los cables de WikiLeaks piden a EE. UU. que no persiga a Julian Assange.
Los cinco medios que publicaron los cables de WikiLeaks hace doce años han pedido al Gobierno de Estados Unidos que ponga fin a la persecución de Julian Assange. Estados Unidos debe poner fin a la persecución de Julian Assange, afirmaron los destacados medios de comunicación estadounidenses y de Europa que colaboraron con el fundador de WikiLeaks, alegando que el caso plantea motivos de preocupación sobre la libertad de prensa. “Esta acusación sienta un peligroso precedente y amenaza con socavar la Primera Enmienda de Estados Unidos y la libertad de prensa”, afirmaron en una carta abierta los directores y editores de The Guardian, New York Times, Le Monde, Der Spiegel y El País.
Las autoridades estadounidenses reclaman la extradición de Assange por 18 cargos, incluido uno de espionaje, relacionados con la publicación por parte de WikiLeaks de registros militares y cables diplomáticos confidenciales de Estados Unidos. Sus partidarios dicen que es un héroe antisistema convertido en víctima por haber sacado a la luz la conexión de Estados Unidos con diversos crímenes e irregularidades, que incluyen casos ocurridos durante las guerras de Afganistán e Irak.
El lunes se cumplieron doce años desde que dichos medios de comunicación colaboraron en la publicación de extractos de más de 250.000 documentos obtenidos por Assange en la llamada filtración del “Cablegate”. El material fue filtrado a WikiLeaks por la entonces soldado estadounidense Chelsea Manning, revelando el funcionamiento interno de la diplomacia estadounidense en todo el mundo. Los documentos expusieron “la corrupción, los escándalos diplomáticos y los asuntos de espionaje a escala internacional”, dice el documento conjunto.
Assange pasó siete años en la embajada antes de ser arrastrado y encarcelado en 2019 por incumplir las condiciones de la fianza. Ha permanecido en prisión en Londres desde entonces, mientras se decide su caso de extradición. Si es extraditado a Estados Unidos, se enfrenta a una condena de hasta 175 años en una prisión de máxima seguridad estadounidense. Su equipo legal ha recurrido al Tribunal Superior de Londres para bloquear su extradición, en una batalla legal que se ha prolongado durante más de una década.