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No hay una economía saludable sin un planeta sano, necesitamos grandes bosques

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      Una economía saludable y un  planeta sano cuidando nuestros bosques.

No cabe duda que el deterioro ambiental conlleva  al cambio climático, a la pérdida de biodiversidad y a la aparición de nuevas enfermedades, alertó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, señalando que los bosques y los árboles pueden desempeñar funciones elementales para abordar estas crisis y avanzar hacia economías sostenibles.

En un informe presentado por la agencia de la ONU advierte que no habría una economía saludable sin un planeta sano. Plantea tres vías correlacionadas basadas en los bosques y los árboles que pueden apoyar la recuperación económica y ambiental. La mayor parte de los avances de la humanidad han tenido un costo ambiental considerable, dice la FAO, destacando la intensificación de los procesos de producción agrícola y la tala de bosques para aumentar la disponibilidad de alimentos y otros bienes, que han causado gran degradación de la naturaleza y contribuyen a la crisis climática.

No es viable continuar con las vías actuales de producción agroalimentaria”, advierte, resaltando la necesidad de que el mundo se recupere de la crisis derivada de la pandemia del COVID y de que se restablezca la salud del planeta. Para lograr esa recuperación y combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, las sociedades deben reconocer el papel crucial de los bosques, insiste.

Tres vías para conseguirlo

Según el estudio, las tres vías correlacionadas que permitirían obtener mejores beneficios de los bosques, los árboles y también luchar contra la degradación ambiental, la recuperación  de las crisis, la prevención de  futuras pandemias… son las siguientes:

  • detener la deforestación
  • restaurar las tierras degradadas
  • utilizar los bosques y crear cadenas de valor verdes

Detener la deforestación y conservar los bosques podría evitar la emisión  de dióxido de carbono  de forma eficaz en función de los costos y protegería más de la mitad de la biodiversidad terrestre. La restauración, por su parte, beneficiaría 1500 millones de hectáreas de tierras degradadas y el aumento de la cubierta arbórea podría impulsar la productividad agrícola en otros mil millones de hectáreas. Utilizar los bosques de manera sustentable y crear cadenas de valor verdes ayudaría a responder a la demanda futura de materiales y respaldaría economías sostenibles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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