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Triple medidas en el inédito plan de emergencia para rebajar las cuentas de luz en Europa

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 Medidas para rebajar las cuentas de luz en Europa, pero aún no hay acuerdo.

Los gobiernos de la Unión Europea procuran ponerse de acuerdo para controlar el aumento en el costo de la electricidad, “Estamos en una guerra energética con Rusia, se acerca el invierno [boreal] y tenemos que actuar ahora”, dijo  el ministro checo de Energía, Jozef Sikela, presidente del Consejo Europeo. La urgencia por conseguir soluciones  en medio de la crisis energética llevó a los ministros de Energía de la UE a conseguir un acuerdo en Bruselas.

El plan alcanzado incluye tres medidas de emergencia: una reducción del consumo eléctrico, un tope a los precios de la generación eléctrica que no depende del gas (renovables o nuclear) y un impuesto temporal a las petroleras conocido como “contribución solidaria”. Pero la gran batalla por contener los precios de la energía se centrará  en el polémico campo de la intervención del precio del gas natural que llega a la región.

Algunos de los 27 países que componen el bloque comunitario, reclaman intervenciones más profundas para limitar el precio del gas, no solo el ruso, como propone la Comisión Europea. Sin embargo, esas aspiraciones tropiezan por la resistencia de países que temen que ello pueda afectar al suministro, como es el caso de Alemania o Países Bajos.

Qué implica el acuerdo.

Los miembros del bloque se comprometieron a reducir el 10% del consumo general de electricidad y un 5% obligatorio en las horas tope. Para concretar ese paso, los países deberán determinar entre diciembre de 2022 y marzo de 2023 cuáles son sus horas de máximo consumo y detallar libremente las medidas necesarias para reducir la demanda.

Los países también acordaron fijar un precio tope para las llamadas energías inframarginales (renovables y nuclear) de unos US$175 el megavatio hora entre diciembre y junio, aunque se permitirá a los países que ya cuentan con medidas en marcha, como España, mantener sus propios límites.

La tercera parte del acuerdo trata de la implementación de un impuesto temporal y obligatorio a los beneficios de las productoras de energías fósiles y las refinerías. Esta “contribución solidaria” supondrá un gravamen del 33% de cualquier ganancia superior al 20% de lo que han obtenido como excedentes respecto a la media de los últimos cuatro años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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